El pueblo de Toro Toro, ubicado en el límite departamental entre Cochabamba y Potosí, es considerado como uno de los principales destinos turísticos de Bolivia. Se trata de una reserva natural que se caracteriza por extensas cavernas rupestres y en donde se puede distinguir un reservorio de 3.500 huellas de dinosaurios. La UNESCO, al igual que con el majestuoso Carnaval de Oruro, considera a las cavernas y otros atractivos de la región como un indiscutible patrimonio, motivo que explica el porqué es considerado como un destino turístico sin igual.